Lo que iba a ser una jornada de alta montaña con vivac de altura, aristas, chimeneas, cimas molonas y aventura de la buena, se convierte en “tips para sobrevivir a un tormentón inesperado en alta montaña”.
La aventura desde luego que la tuvimos, y ¡¡mucha!!!
Todo empezó muy bien, llegábamos al Portalet y nos reunimos allí todo el grupo después de comer, tomamos un cafecito y nos ponemos al día de nuestras vidas, vacaciones, proyectos…..
Preparamos mochilas y nos vamos al parking de Soques, son las 15:30h y hace bastante calor, por suerte la primera parte de la ascensión va por bosque y se sube muy bien. Después ya toca lidiar con el solazo justiciero que nos obliga a parar de vez en cuando en las pocas sombras que encontramos para respirar y beber agua.
Llegamos por fin al Col d’Arrious después de una subida sin tregua y nos encontramos con María y dos amigos que bajaban precisamente del Palas, nos damos unos achuchones y seguimos hacia el Passage d´Orteig, con un patio tremendo pero sin dificultades y con unas vistas increíbles.
Un poco más adelante llegamos por fin al Refugio de Arrémoulit, está en obras hasta el verano que viene y no se puede usar (a priori…), de hecho está vallado por seguridad ya que está hecho un alijo de hierros y lleno de material de obra.
La Historia de un Vivac Bajo la Tormenta
Buscamos una zona donde montar nuestro vivac, y Astrid comienza a tomar buena nota de consejos de material imprescindible para para llevar siempre cuando haces vivac. Esta mujer es todo emoción, alegría y videotutoriales improvisados jajajaja.
Terminamos de cenar y lo que parecía que iba a ser una agradable noche empieza a tener su puntito de emoción, comienzan a caer 4 gotillas, vemos como alguien desciende del Arriel a toda prisa y pensamos que esas cuatro gotetas le han asustado y prefiere dormir más abajo. “Va chicos que he contratado un poco de aventura” bromeo con el grupo, nos metemos a los sacos y en cuestión de minutos ¡boooom!, ¡rayos truenos y centellas!, empieza a llover como si no hubiera un mañana, los rayos iluminan todo el monte y los truenos nos amenizan la velada con su melodía.
Más de una hora jarreando y aguantando en nuestras fundas, y nuestra piscina particular, porque la que se nos lío allí fue de película.
Buscando un techo
Por fin para de llover y toca tomar decisiones, lo único que tenemos cerca es un refugio en obras, así que vamos a mirar a ver si hay alguna caseta de obras abierta o algún hueco apto para resguardarnos.
Por suerte sí lo hay, otras muchas personas a las que la tormenta les ha pillado por sorpresa han hecho lo mismo, hemos sitiado el refugio entre todos, solo falta poner la bandera pirata fuera.
No cabemos todos tumbados, pero como ya no llueve, Nano, Ana y yo nos quedamos fuera al llevar mejor material y no estar mojados, pero con la tranquilidad de poder refugiarnos si vuelve a caerse el cielo encima nuestro. Sobre las cinco de la mañana vuelve a llover pero ya es algo soportable y nos quedamos fuera.
Suena el despertador a las 6:30h, abro la funda, ya no llueve pero relampaguea y hay un viento tremendo en la cima del Palas, toca abortar el resto de actividad, así que descansamos un rato más y ya nos levantamos, dejamos secar el material que aún estaba mojado, desayunamos y nos vamos con la calma hacia los coches.
Un buen almuerzo en Portalet tampoco está mal para acabar el finde.
Conclusiones para un buen vivac
Aunque la meteo parezca favorable, puede ser errónea, así que si haces vivac, llevar siempre material impermeable, ropa seca, algún hornillo para comer caliente o un termo, manta térmica, frontal, teléfono con batería cargada y segunda batería por si hay que pedir socorro, y sobre todo saber mantener la calma y transmitirla al grupo.
A pesar de las dificultades, somos un gran equipo y las risas y el buen ánimo no han faltado.
¡Nos vemos en la siguiente!
Estela Callejero, voluntaria Montañeras Adebán