La campaña Mujeres por la ciencia  está volcada en  potenciar y promover las inquietudes científicas de las mujeres  puesto que también se ha detectado una preocupante ausencia del talento femenino en la  materia.

El 15 de diciembre de 2015 la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 11 de febrero Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, invitando a que se organizaran actividades de educación y sensibilización pública que ayudaran a logar una mayor participación y progreso de las mujeres y las niñas en la ciencia.

Esto ha llevado a un movimiento cada vez más potente donde se implican organizaciones  públicas y privadas en visibilizar con el ejemplo  de otras mujeres.

Desde nuestro club somos muy conscientes de cómo respiramos la ciencia. Estamos contacto el medio natural,  fuente de toda nuestra energía. Ahí se suceden términos matemáticos, físicos y químicos, en donde se implica el equilibrio de fuerzas, distancias, escalas, dimensiones, transformaciones del terreno, de los elementos, conocimiento de la evolución atmosférica…, por no hablar de los efectos que nuestros deportes generan en nuestro propio ser a nivel físico y mental.

Entre nuestras filas contamos con extraordinarias referentes que son el mejor método para cambiar los estereotipos en torno a las capacidades y profesiones de “mujeres”.

Algunos testimonios de nuestras adebanas:

Siempre tuve claro que quería hacer una ingeniería. Tenía en mente varias, pero no me decidía por ninguna. Aeronáutico me sonaba demasiado espacial; Industriales a mucha energía y transformador; Minas no me acababa de convencer;  en el último momento, pocos días antes de echar la solicitud, se cruzaron por mi camino las palabras “Ingeniería de Montes” y me pareció la solución perfecta. Me encantaba la montaña, me sonaba a bosque, a verde, a animales, a naturaleza, y tenía la palabra “ingeniería” delante.

 Me dedico claramente a una profesión minoritaria, y en la que las mujeres suponemos un porcentaje ridículo. Pero no por ello voy a dejar de hacer lo que me apasiona. A veces es duro, pero también he encontrado gente estupenda que me ha ayudado y apoyado, independientemente de mi sexo. Creo que una vez se demuestra que eres válida en tu trabajo, eso es lo único que importa.” (Rocío Hurtado. Ingeniera de Montes y Nivóloga)

Rocío Hurtado Roa. Ingeniera de Montes y Nivóloga

“Trabajar al aire libre me hace sentir libre, además el valor que tiene para mi forma de ver la vida el vivir en el mundo rural . Mi madre fue la primera forestal mujer en Aragón y para mí ella y ha sido un referente junto a mi padre, también forestal.

En Teruel he sido la única mujer forestal del Área de Medio Ambiente, pero en Jacetania somos 3, creo que nuestra profesión está cambiando y que en el futuro habrá más mujeres.

No hay limites…solo los mentales.” (Nieves Gil Rived. Guarda Forestal)

Nieves Gil Rived. Guarda Forestal. Pirineos

“Me hice Ingeniera  técnica simplemente porque me encantaba las ciencias, me gustaban las matemáticas, la física, me apasionaba resolver problemas. En ningún momento me plantee si eran unos estudios de chicos o de chicas. Tenía la fantasía de poder crear diseños y un sin fin de inventos. Luego la vida me ha demostrado las dificultades que tenemos las mujeres para acceder a puestos técnicos. Hoy en día me dedico a la docencia en mi ámbito de  desde donde intento difundir a mis alumnas y alumnos ese amor hacia las ramas técnicas” (Belén Barbero. Ingeniera Técnica. Profesora de tecnología)

“La ciencia trata de explicar lo que observamos y yo necesitaba tener una respuesta a porqué las montañas están ahí, los ríos, los barrancos, los volcanes, glaciares, desiertos, fósiles y sobre todo porqué la Selva de Oza es roja. Y esa es la razón por la que estudié Geológicas que a pesar de ser una carrera dura me permite entender los paisajes que veo.” (Teresa Tiñena Abril. Geológa.)

Sois un ejemplo para las generaciones futuras, abriendo caminos, puentes y veredas para que nuestras chicas vean con normalidad  estar loquitas con la ciencia, bravas!!!

Astrid  García y María Villar

Montañeras Adebán