Este fin de semana pasado quedamos para subir el Moncayo.
Aquí la foto cimera del Morrón, hermano pequeño del Moncayo este diciembre de 2020… bonita, ¿verdad?
Pero… ¿por qué este monte? ¿qué tiene de especial el Moncayo?
Venga, va, aquí va una historia de cuento, espero que te guste…
Érase una vez, entre piedras, árboles y nubes…
Así podría empezar nuestra historia, la historia de ADEBÁN, el club de montaña liderado por mujeres que vive para que éstas tengan su propio espacio en un ámbito en el que nuestra presencia, la femenina, no es muy abundante.
Los tiempos cambian, cierto, pero, aún así, sigue siendo complicado para muchas encontrar un espacio propio en la montaña. Los motivos son muy diferentes, no entraremos aquí a detallarlos (nos han hecho ya muchas entrevistas en las que hablamos de ello), pero lo que realmente importa en estas líneas es que ADEBÁN nació, como quien dice, bajo la ventosa mirada del Moncayo.
Fue en diciembre de 2017 cuando un grupo de amigas, con mucho monte a sus espaldas y varias cervezas juntas, quedó para subir al Moncayo, una invernal clásica en la provincia de Zaragoza, un monte emblematico por su mal temperamento meteorológico. Una foto cimera más tarde,
fueron a tomar algo a un bar de Tarazona, “El Andén”, y allí decidieron darle forma a una ilusión que hablaba cada vez más alto: crear un club de montaña para mujeres, dirigido por mujeres, que formara a mujeres y en el que el principal objetivo fuera disfrutar de la montaña juntas, al nivel de cada una, sin exclusiones.
¿Sería posible? ¿Un club creado por mujeres y para mujeres? Parecía una utopía… algo nunca visto… montaña en femenino… sonaba genial, pero un poco ingenuo… todos los estamentos relacionados con el montañismo estaban dirigidos por hombres… muchas mujeres eran montañeras, pero, normalmente, estaban en entornos masculinos…. era complicado compaginar montaña y rutina…
¿Y por qué no? ¿Por qué no soñar con un oasis en el que las mujeres fueran autónomas, formaran a otras mujeres y lograran los objetivos que querían?
Varias rondas después, decidieron que lo iban a intentar, crearían un club de montaña dirigido a mujeres, eso sí, sin excluir a aquellos hombres que compartieran sus objetivos, sus puntos de vista…
Y así surgió, de la nada, ADEBÁN, dando voz a aquellas personas, sin excluir sexos, que soñaban con una montaña en igualdad de oportunidades, una montaña en la que las mujeres pudieran desarrollarse en libertad…
Después de aquello, todos los años, en Diciembre, ADEBÁN sube al Moncayo, si se deja, y si no, lo disfrutamos por otro de sus hermosos entornos, como el que ha sido este año, la subida por el Barranco del Horcajuelo hasta el Morrón, volviendo en ruta circular por el collado de la Estaca y bajada por el barranco precioso del Moro; así seguimos para recordar aquel fantástico día en el que hicieron realidad un sueño que, más que sueño, era una necesidad.
Y colorín colorado, este cuento se sigue contando.
Han pasado varios años entre las dos fotos cimeras y esperamos que haya muchas más… muchos Moncayos más…

Astrid García y María Villar
¡Salud y montañas!